El vínculo afectivo entre madre e hijo

La importancia del apego seguro y cómo fomentarlo desde el nacimiento

apego seguro

¡Hola, mamá o futura mamá!

El viaje de la maternidad está lleno de momentos únicos y emociones intensas. Desde el primer latido que escuchamos de nuestro bebé hasta esa primera mirada que compartiste, cada instante es único y especial. Hoy te voy a hablar un poco sobre el vínculo afectivo y cómo este lazo especial puede influir en el desarrollo de tu bebé a lo largo de su vida.

¿Qué es el apego seguro y por qué es tan importante?

El apego es el vínculo emocional profundo que se establece entre el bebé y sus cuidadores principales, generalmente la madre gestante y la pareja no gestante. Un apego seguro proporciona al niño una base sólida de confianza y seguridad, permitiéndole explorar el mundo con la certeza de que tiene un refugio al cual regresar. Este tipo de apego es fundamental para el desarrollo emocional, social y cognitivo de nuestro bebé.

Investigaciones en psicología perinatal han demostrado que los peques con apego seguro tienden a desarrollar:

  • Mayor autoestima y confianza en sí mismos.
  • Habilidades sociales sólidas, facilitando relaciones saludables en el futuro.
  • Mejor regulación emocional, manejando el estrés y las dificultades de manera más efectiva.
  • Rendimiento académico superior, gracias a una base segura que fomenta el aprendizaje.
 

Según Bowlby (1988), padre de la teoría del apego, las experiencias tempranas con los cuidadores moldean las expectativas y comportamientos futuros en las relaciones interpersonales.

Cómo fomentar el apego seguro desde el nacimiento

1. Contacto piel con piel: Desde el primer momento, el contacto directo con tu bebé promueve la liberación de oxitocina, la hormona del amor, fortaleciendo el vínculo afectivo. Este contacto favorece la regulación de la temperatura corporal del bebé, su ritmo cardíaco y respiratorio (Moore et al., 2016).

2. Respuesta sensible a las necesidades del bebé: Atender los llantos y señales de tu hijo de manera consistente y afectuosa le enseña que puede confiar en ti. La sensibilidad materna está directamente relacionada con el desarrollo de un apego seguro (Ainsworth et al., 1978).

3. Lactancia materna: Si decides y puedes amamantar, este es un momento ideal para fortalecer el vínculo. La lactancia no solo nutre físicamente, sino también emocionalmente, proporcionando momentos de cercanía y conexión (Britton et al., 2006). 

Es importante recordar que el apego seguro no depende exclusivamente de la lactancia materna. Si decides o necesitas optar por la lactancia artificial puedes igualmente crear un fuerte vínculo afectivo con tu bebé durante el momento del biberón: mantén el contacto visual, acarícialo suavemente, hablale con voz cariñosa y responde a sus señales son gestos que fortalecen el apego. 

Lo esencial es la calidad de las interacciones y la atención sensible que le brindas, más allá del método de alimentación que elijas.

4. Comunicación constante: Habla con tu bebé, incluso si aún no te puede responder con palabras. Tu voz es reconfortante y le ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas y cognitivas (Tamis-LeMonda et al., 2001).

5. Contacto visual y expresiones faciales: Mirar a los ojos de tu bebé y responder a sus sonrisas y gestos fortalece el entendimiento mutuo y la conexión emocional.

6. Portear al bebé: Llevar a tu hijo cerca de ti en una mochila de porteo le proporciona seguridad y facilita la respuesta rápida a sus necesidades, promoviendo el apego seguro (Anisfeld et al., 1990).

7. Establecer rutinas: Las rutinas brindan previsibilidad y seguridad al bebé. Saber qué esperar le ayuda a sentirse en un ambiente seguro y confiable.

El papel de las parejas y cuidadores

No estás sola en este proceso. El papá o la otra mamá, abuelos y otros cuidadores también juegan un rol crucial en el desarrollo del apego. Fomentar un entorno lleno de amor y seguridad beneficia enormemente al bebé.

Cuidarte para cuidar

Es esencial que también te cuides a ti misma. La salud mental materna influye en la capacidad de responder a las necesidades del bebé. Si sientes que estás experimentando desafíos emocionales, como depresión posparto, busca apoyo profesional. Recuerda, pedir ayuda es un acto de valentía y amor hacia ti y tu bebé.

Disfruta cada momento, confía en tu instinto y recuerda que el amor es el ingrediente más poderoso en esta hermosa aventura de la maternidad.

Libro recomendado: Emociones infantiles: guía de cuidados, de Beatriz M. Muñoz.

Referencias

  • Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of Attachment: A Psychological Study of the Strange Situation. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.
  • Anisfeld, E., Casper, V., Nozyce, M., & Cunningham, N. (1990). Does infant carrying promote attachment? An experimental study of the effects of increased physical contact on the development of attachment. Child Development, 61(5), 1617-1627.
  • Bowlby, J. (1988). A Secure Base: Parent-Child Attachment and Healthy Human Development. New York: Basic Books.
  • Britton, J. R., Britton, H. L., & Gronwaldt, V. (2006). Breastfeeding, sensitivity, and attachment. Pediatrics, 118(5), e1436-e1443.
  • Moore, E. R., Bergman, N., Anderson, G. C., & Medley, N. (2016). Early skin-to-skin contact for mothers and their healthy newborn infants. Cochrane Database of Systematic Reviews, 11.
  • Tamis-LeMonda, C. S., Bornstein, M. H., & Baumwell, L. (2001). Maternal responsiveness and children’s achievement of language milestones. Child Development, 72(3), 748-767.